Este es un texto de David Bravo y nos recuerda, a la vez que nos recorre el cuerpo un escalofrio, lo que pasó con Couso (apoyamos esa lucha noble), o por ejemplo lo que pasa con el concepto de ciudadano (el cual odiamos, hay un texto de un grupo libertario que explica muy bien la falsedad historica de éste)... con el concepto anarquista es donde el poder hace más malabares para explicarle al mundo como comen niñxs lxs anarquistas, bueno ya hablaremos de esto en otro momento... Como hablaremos del concepto sindicato que ahora reescriben capitalistas (de éstos nos lo esperabamos) y algunos "anticapitalistas antagonistas" (de estos teóricamente nos esperabamos más...)
2 de Enero de 2004
Las 10 mentiras más famosas sobre la piratería. Primera mentira: el propio nombre.
La elección de las palabras no suele ser casual sino que se hace cuidadosamente para suavizar o agravar la realidad que se nombra.Es por eso que algunas palabras se visten de gala para salir por televisión y así consiguen que desaparezcan las guerras que se convierten en intervenciones militares donde hay efectos colaterales, que es el nombre que reciben los que saltan por los aires sin saber de qué va la cosa cada vez que hay una incursión aérea. Ya no hay paro en el paradisíaco mundo del eufemismo sino que hay tasa natural de desempleo, no hay pobres sino carentes y no hay ricos sino pudientes. Desaparecieron las clases sociales a pesar de que están los que se quedan sin dientes porque la seguridad social no cubre el apaño (los dientes dejaron de ser necesarios en el momento en el que se inventaron los sorbetes y la sopa de ajo) y están los que se los ponen de oro por capricho. “Políticamente correcto” es como se llama al disfraz que se pone la realidad para salir por televisión.
Cuanto más leo los periódicos menos preocupado me siento por mis problemas, porque ahora sé que mi economía familiar no se va al garete como creía sino que experimenta un crecimiento negativo y los ricos que me roban por el camino para que eso ocurra no son ladrones sino cleptómanos que se enriquecieron por un golpe de suerte, es decir, que se enriquecieron como por arte de mafia.
Por el contrario, cuando de lo que se trata es de que la sociedad perciba con recelo una realidad social que por ahora le resulta inofensiva no hay nada mejor que cambiar el lenguaje y colocarle la palabra adecuada. Y es por eso que aparece en escena la palabra “pirata” que es como se llama a los que se descargan, entre otras cosas, música de Internet. El hecho de establecer una equivalencia moral entre la persona que se descarga una obra protegida por copyright de la red y aquellos tipos con parches en el ojo que asaltaban los barcos y los saqueaban tras asesinar a su tripulación no es, obviamente, una casualidad sino que tiene el mismo objetivo que los eufemismos: cambiar la percepción que se tiene de la realidad.
Si mezclan los eufemismos con las exageraciones se dan cócteles realmente explosivos. Para Ismael Serrano bajarse un disco de Internet es piratería y comprarlo en El Corte Inglés es un “acto de militancia”. Para la televisión bajarse un disco de Kiko Veneno es piratería pero si los intermediarios se quedan con el 97% de los beneficios que genera ese cantante no se trata de piratería sino de una “mala negociación del contrato”. Para Kamil Idris, director general de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), "la copia ilegal de Cds o piratería es como el terrorismo" y "puede ser una cuestión de vida o muerte", pero llama a los países del "Tercer Mundo" países "en vías de desarrollo" que es como "llamar bajitos a los enanos" como dice, y bien dice, Eduardo Galeano.
Las trileros del lenguaje marean las palabras para refundar un idioma a su medida y una vez que se acepta como algo normal la palabra "piratería" para designar a las descargas de la red ¿quién se atreve a defenderlas? Las connotaciones de la palabra son lo suficientemente negativas como para que la frase "yo estoy a favor de la piratería" suene a demencia senil y ya puedes tener todo un cargamento de argumentos para justificar algo como eso.
Leo en el libro "El Estilo del Periodista" que Manuel García Pelayo, el que fuera presidente del Tribunal Constitucional, escribió que "la palabra domina un determinado ámbito de la realidad, de donde se desprende que quien posee la palabra adquiere un dominio sobre ese ámbito". Bien sabe esto el poder que usa los medios de difusión masiva para cambiar la realidad rebautizándola.
Las 10 mentiras más famosas sobre la piratería. Primera mentira: el propio nombre.
La elección de las palabras no suele ser casual sino que se hace cuidadosamente para suavizar o agravar la realidad que se nombra.Es por eso que algunas palabras se visten de gala para salir por televisión y así consiguen que desaparezcan las guerras que se convierten en intervenciones militares donde hay efectos colaterales, que es el nombre que reciben los que saltan por los aires sin saber de qué va la cosa cada vez que hay una incursión aérea. Ya no hay paro en el paradisíaco mundo del eufemismo sino que hay tasa natural de desempleo, no hay pobres sino carentes y no hay ricos sino pudientes. Desaparecieron las clases sociales a pesar de que están los que se quedan sin dientes porque la seguridad social no cubre el apaño (los dientes dejaron de ser necesarios en el momento en el que se inventaron los sorbetes y la sopa de ajo) y están los que se los ponen de oro por capricho. “Políticamente correcto” es como se llama al disfraz que se pone la realidad para salir por televisión.
Cuanto más leo los periódicos menos preocupado me siento por mis problemas, porque ahora sé que mi economía familiar no se va al garete como creía sino que experimenta un crecimiento negativo y los ricos que me roban por el camino para que eso ocurra no son ladrones sino cleptómanos que se enriquecieron por un golpe de suerte, es decir, que se enriquecieron como por arte de mafia.
Por el contrario, cuando de lo que se trata es de que la sociedad perciba con recelo una realidad social que por ahora le resulta inofensiva no hay nada mejor que cambiar el lenguaje y colocarle la palabra adecuada. Y es por eso que aparece en escena la palabra “pirata” que es como se llama a los que se descargan, entre otras cosas, música de Internet. El hecho de establecer una equivalencia moral entre la persona que se descarga una obra protegida por copyright de la red y aquellos tipos con parches en el ojo que asaltaban los barcos y los saqueaban tras asesinar a su tripulación no es, obviamente, una casualidad sino que tiene el mismo objetivo que los eufemismos: cambiar la percepción que se tiene de la realidad.
Si mezclan los eufemismos con las exageraciones se dan cócteles realmente explosivos. Para Ismael Serrano bajarse un disco de Internet es piratería y comprarlo en El Corte Inglés es un “acto de militancia”. Para la televisión bajarse un disco de Kiko Veneno es piratería pero si los intermediarios se quedan con el 97% de los beneficios que genera ese cantante no se trata de piratería sino de una “mala negociación del contrato”. Para Kamil Idris, director general de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), "la copia ilegal de Cds o piratería es como el terrorismo" y "puede ser una cuestión de vida o muerte", pero llama a los países del "Tercer Mundo" países "en vías de desarrollo" que es como "llamar bajitos a los enanos" como dice, y bien dice, Eduardo Galeano.
Las trileros del lenguaje marean las palabras para refundar un idioma a su medida y una vez que se acepta como algo normal la palabra "piratería" para designar a las descargas de la red ¿quién se atreve a defenderlas? Las connotaciones de la palabra son lo suficientemente negativas como para que la frase "yo estoy a favor de la piratería" suene a demencia senil y ya puedes tener todo un cargamento de argumentos para justificar algo como eso.
Leo en el libro "El Estilo del Periodista" que Manuel García Pelayo, el que fuera presidente del Tribunal Constitucional, escribió que "la palabra domina un determinado ámbito de la realidad, de donde se desprende que quien posee la palabra adquiere un dominio sobre ese ámbito". Bien sabe esto el poder que usa los medios de difusión masiva para cambiar la realidad rebautizándola.
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